Imagínate que estás en el campo, o en el huerto, y tienes delante una parcela con tierra. Coge un puñado con las dos manos y obsérvala. ¿Qué ves?
Ese puñado de tierra del campo puede parecer un simple material sin vida, algo que forma el suelo por el que caminamos, sujeta las plantas y deja que crezcan las raíces. Pero, ¿realmente es solo eso?
¡No!
Si observamos y analizamos la tierra veremos que la componen minerales, restos orgánicos en descomposición y millones de micro y macroorganismos convirtiéndola en una estructura compleja y llena de vida. Esta unión de componentes y las adecuadas condiciones de agua y calor, hacen posible el desarrollo de la vida.
Ahora vuelve a mirar, a oler y a sentir ese puñado de tierra.
Tienes en tus manos algo vivo y a la vez propiciador de vida. ¿No te parece alucinante?
Entonces no te gustará saber que nos la estamos cargando.
A partir de la Revolución Industrial en los años 1800 y con la aparición de las grandes máquinas y los tractores, las técnicas usadas por la mayoría de campesinos y trabajadores del campo son técnicas destructoras de vida.
Estamos cometiendo serios errores que ponen en riesgo la continuidad de la retroalimentación de la tierra y no le dejamos seguir su ciclo vital natural.
Nos estamos quedando con tierras muertas y estamos perdiendo tierra fértil cada año:
“España pierde una media de treinta toneladas de suelo fértil por hectárea y año”. Según datos facilitados hoy por el miembro de la Sociedad Española de Agricultura Ecológica (SEAE), Ramón Meco, durante la jornada monográfica “Con los pies en el suelo”, organizada en torno a la Iniciativa Ciudadana Europea ‘People4Soil‘.
Mira, te he hecho un croquis sencillo para que entiendas mejor la estructura de la tierra:
-Acolchado o cubierta vegetal
-Tierra viva: materia orgánica, organismos, humedad, bacterias, hongos…
-Tierra profunda: más pobre, sin aire, más fría, sin materia orgánica…
Modificar constantemente esta estructura provoca grandes daños en ella, haciéndole la vida mucho más difícil y matándola poco a poco.
¿Por qué? Te explico algunos de los daños que le hacemos a la tierra cuando la volteamos:
Un suelo labrado y volteado a menudo pierde una media de 3mm al año de tierra fértil.
Cuando volteamos la tierra estamos sacando al exterior partes que no deberían, provocando la muerte a muchos microorganismos que solo viven bajo tierra. Te pongo algún ejemplo: si matamos las lombrices que son las encargadas de convertir la materia orgánica en humus y compost, consiguiendo un óptimo compostaje de residuos orgánicos, ¿de que se alimentarán nuestros cultivos? Estos bichitos subterráneos también son los encargados de airear la tierra con sus largos túneles y galerías. ¡Los necesitamos!
Al subir la tierra muerta, la más profunda y menos fértil a la parte superior, donde cultivamos, rompemos la biodiversidad del ecosistema y nos genera la necesidad de usar químicos para prevenir y solucionar problemas que nosotros mismos hamos generado.
Así nuestra tierra va perdiendo vida lentamente y nos quedamos con un suelo débil, infértil y muerto.
Pero ¡CALMA! Aquí estoy yo para mostrarte alternativas y para ayudarte a que tu tierra esté vivita y coleando, y sea la más fértil de la zona. Serás la envidia de todos, una vez más.
Lo primero que debemos saber es que la parte viva de la tierra se encuentra principalmente en los 15-25cm superficiales. Esta es la capa fértil, la más aireada y cálida. Y para que sea la más fértil es imprescindible que esté cargadita de todo tipo de organismos viviendo en ella, es decir, que haya la máxima biodiversidad posible. Ya te hablé de la biodiversidad y su importancia.
Entonces esta parte superficial debe seguir siendo la parte de arriba siempre, debemos evitar al máximo voltearla, ya que al hacerlo enterraríamos en las profundidades la parte viva y moriría por falta de condiciones adecuadas. Cosa que no nos interesa en absoluto, recuerda que queremos una tierra viva y fértil. Esto es conocido como el método “no dig”, últimamente muy conocido en la agricultura ecológica, pero de este método te hablaré a fondo en otro post más adelante.
Por todo esto y mucho más, intentemos promover tierras llenas de biodiversidad y convivencia, donde todos los componentes luchen por una tierra fértil, sana y llena de vida y a la vez ayude a frenar el cambio climático.
¿Sabías lo que provoca la labranza tradicional? ¿Usas técnicas de no volteo en tu huerto?
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